lunes, 13 de abril de 2015

El cambio no es el destino, es el camino



Dicen que necesitamos 21 días para cambiar o implantar en nuestra rutina un nuevo hábito. Sin embargo, cuando hablamos de algo tan complejo como "alimentación", 21 días puede ser demasiado poco tiempo. 



En estos tiempos en que se han puesto de moda los batidos detox, la estevia, el kale o el amasake, es francamente difícil adaptar nuestra dieta mediterránea y tradicional a estos nuevos productos que en la mayoría de los casos desconocemos. 

Por eso, mi consejo es ir introduciendo estos alimentos poco a poco en nuestra dieta. No vayamos un día a un supermercado ecológico y nos volvamos locos comprando seitán, mantequilla de maní, leche de almendras, tofu, germinados y quinoa cuando no tenemos idea de cómo cocinarlos ni dónde emplearlos. Si lo hacemos, lo más probable es que nos gastemos un dineral y terminemos con un montón de productos en nuestra despensa o nevera que sólo cogeremos para tirar a la basura una vez hayan caducado. 

Mi consejo, basado en mi propia experiencia, es ir poco a poco. Algunas propuestas para empezar a "experimentar" con estos productos: 
  • Sigue cocinando el mismo bizcocho de siempre, pero cambia la harina refinada por otra integral. Te sorprenderá el sabor y te beneficiarás, entre otras cosas, de sus elevados niveles de vitamina K (importante para la coagulación de la sangre y el metabolismo de los huesos) No tendrás que variar recetas ni proporciones, y esto te animará a seguir por el camino de una dieta sana. 


  • De igual forma, puedes sustituir el arroz por arroz integral (no en paellas, porque primero tienes que cogerle el punto al integral, pero sí puedes empezar a sustituirlo cuando haces arroz blanco o con aceite crudo). Verás que el integral es menos "fino" y tarda significativamente más en cocinarse. Pero es fácil aficionarse a su sabor, además de que su contenido en fibra es mucho más alto y esto te ayudará, entre otras cosas, a mejorar el tránsito intestinal. 

  • Los desayunos: son la comida más fácil para empezar a introducir cambios en nuestra dieta. Olvídate de galletas y cereales azucarados, de tostadas con mermelada y de la bollería industrial. Tómate la tostada de pan integral con aceite de oliva y tomate. O compra leche de avena y copos de avena y hazte un prorridge, tan de moda últimamente. Sólo tienes que añadir dos o tres cucharadas de copos de avena y cocinarlos con la leche vegetal. Añade un poco de canela y si quieres algunos trozos de frutas (las fresas y el plátano son mis preferidos) y quizás alguna nuez. Tendrás un desayuno sano y energético. 

  • La quinoa también es un producto sencillo para introducir en nuestra dieta. Se cuece como el arroz y lo puedes añadir, por ejemplo, a ensaladas. La quinoa tiene alto valor en omega 3 y omega 6, con propiedades cardiovasculares. 

Son unos pasos sencillos, pero por algún sitio hay que empezar, y conviene que el principio sea sencillo para no desanimarnos. Otro día daremos otros consejos para introducir novedades en nuestra dieta.


Mientras tanto, comed sano, comed felices.