viernes, 31 de julio de 2015

Decidido: excedencia por maternidad

Lo contaba aquí. Mi empresa había sido vendida y mis perspectivas profesionales y personales cambiaron drásticamente. Mis mellizos han cumplido ya los cinco meses y en un mes más estaba previsto que yo me incorporase al trabajo. Pero no a mi puesto antiguo, donde ya era la mano derecha de mi jefa, estaba considerada y tenía buenas perspectivas de futuro. NO. Mi incorporación sería a una nueva compañía, un nuevo equipo, en una empresa donde la palabra conciliación familiar sólo parece existir en los papeles. Dependería de la subordinada de la jefa. Me encargaría de unas tareas mucho más reducidas de las que tenía antes y con menos visibilidad.En definitiva, no era un cambio que yo hubiese buscado. 

Llevo más de diez años trabajando y sólo he parado en mis dos bajas por maternidad. Visualizar mi nueva vida laborar, con los niños tan pequeños (aparte de los mellizos, la mayor tiene dos años y medio) me daba pánico. ¿Llegaría a todo? ¿podría atender a los niños? ¿sería capaz de responder a las expectativas de mis nuevos jefes?
Tras meditarlo con mi marido, con mi familia y sobre todo conmigo misma, he decidido solicitar la excedencia por maternidad. Para quien no lo sepa, es un permiso no retribuido que concede la empresa y que puede extenderse hasta que el niño por quien se solicita cumple los tres años. Durante este periodo no cobramos una nómina, pero computa a efectos de aportaciones a la Seguridad Social y de antigüedad en la empresa. Además, durante los 12 primeros meses (15 en el caso de familia numerosa), la empresa está obligada a mantener tu puesto de trabajo. Pasado este plazo, si te incorporas, puede ser a cualquier otro puesto de la misma categoría, pero no necesariamente el mismo. 

El 30 de julio telefoneé al responsable de Recursos Humanos para confirmarle mi decisión de solicitar la excedencia. Eran las siete y media de la tarde y tenía poca esperanza en que me contestase al teléfono, pero era el único momento del día en que los niños me habían dado un respiro. Allí estaba él, en su despacho, un treinta de julio a las siete y media de la tarde. Esto no hizo más que reafirmarme en mi decisión. Si acaso aún tenía alguna duda, definitivamente esta se disipó. 

Seguramente será un periodo duro, aunque sin duda, también satisfactorio. Tendremos que apretarnos el cinturón en casa, prescindir de caprichos y de compras que ahora hacemos sin plantearnos si acaso es realmente necesario. Pero creo, espero, que sea un periodo de crecimiento personal y familiar. 
Mi hermana me lo decía hace poco: "cualquier decisión que tomes, que nunca sea por miedo". Por eso mi decisión es aparcar temporalmente el trabajo y dedicarme a mi familia. 

¿Alguna de vosotras ha disfrutado de una excedencia por maternidad? ¿Conocéis a alguien que lo haya hecho? ¿Cómo ha sido la experiencia?

Una golosina de cacao

Yogur natural, plátano y mi crema casera de cacao (ver receta aquí) Todo a la batidora, ajustando el punto de cacao que queramos conseguir. 

 De topping, unos cereales de trigo integral (me encantan los de Nestlé con chocolate), y para culminar mis deseos golosones, una cucharada de mi crema de cacao casera. 

Un postre para chuparse los dedos!!