miércoles, 28 de enero de 2015

Crema de brócoli, una "superverdura"

Hoy he comido crema de brócoli. Encontré la receta en Instagram y me lancé a probarla por su sencillez

Los ingredientes:
  • Brócoli
  • Boniato
  • Cebolla
  • Caldo de verdura
  • Pimienta blanca y sal 

La preparación es sencillísima, incluso para mí, que no soy una experta entre fogones: 


Se lava bien el brócoli, se pela y corta la cebolla en cuatro trozos, se pela el boniato y se parte en rodajas gorditas. Añadimos un poco aceite de oliva, porque es el que mejor aguanta las altas temperaturas, en la olla, y cuando está calentito, incorporamos todos los ingredientes excepto el caldo. Removemos con un cucharón y añadimos un poco caldo de verduras. El caldo yo lo guardo cuando hago verduras hervidas, y lo conservo congelado en tarros. Pero si no tienes, siempre puedes comprar caldo de verduras de tetra brick o directamente, sustituirlo por un poco de agua. Añadimos un poco de sal y pimienta (a mí me gusta que salga un poco picante) y ponemos la olla a presión igual que si fuésemos a hacer una crema cualquiera de verduras. El sabor es diferente, muy agradable, y la textura muy muy cremosa



Y ahora, veamos la parte nutricional del asunto:

1. ¿Por qué boniato, y no la tradicional patata? 

El boniato (o batata) es un tubérculo con algo más de calorías que las patatas, pero también contiene más calcio (fundamental para huesos y dientes), más potasio (importante para la contracción muscular y la actividad neuromuscular), más vitamina C (que potencia el sistema inmune, entre otras muchas propiedades), más vitamina A (esencial para el funcionamiento de la retina)  y más carotenos (pigmento natural con función antioxidante)

Su sabor es, además, más dulzón que el de la patata, ¡y quizás por eso la crema está tan rica!



2. ¿Por qué brocoli en una crema de verduras?

Creo que existe cierta reticencia, especialmente entre la gente que no consume verduras habitualmente o que si lo hace, es a desgana, hacia el brócoli. Sin embargo, se trata de una "superverdura". Posee gran concentración de Vitamina C, fibra alimentaria y nutrientes con propiedades anti-cancerígenas

Aunque es cierto que al cocinarlo a altas temperaturas se pierden algunos de sus nutrientes, también es cierto que esta es una forma fácil de introducirlo en nuestra dieta y adaptarnos poco a poco a su sabor, hasta que aprendamos a comerlo cocinado al vapor de forma que nos aprovechemos al cien por cien de todas sus propiedades nutricionales. 


Y esto es todo por hoy. Un beso gordo y a descansar. 

lunes, 26 de enero de 2015

Primer reto conseguido: el desayuno (parte I)

Hace unos meses me propuse mejorar mis desayunos. Cambiar el café con leche con galletas, o donuts, o croissant, o tostada con mantequilla y mermelada, por un desayuno más saludable. 

Se trata de mimar la primera comida del día, porque como dice el refrán, lo que bien empieza, bien acaba

A diario, cuando he retrasado el despertador tres o cuatro veces y me levanto de un salto de la cama, me ducho en segundos y apenas me da tiempo a maquillarme, salgo de casa con sólo un zumo de naranja o un trozo de fruta en el estómago. Luego, a eso de las diez y media, tomo algo más. 

Pero hoy quiero hablaros de ese desayuno "especial" que me hago los domingos, cuando no hay prisas, o los días de vacaciones, o los días en que sencillamente el despertador es un desconocido para mí. 

Comienzo poniendo a hervir un poquito de bebida de avena. Yo no reniego de la leche de vaca (ya hablaremos de esta corriente otro día), y precisamente por tomar tanta, cuando puedo cambio la leche por una bebida vegetal, porque sé que a lo largo del día caerán dos o tres vasos de leche. 



A continuación añado dos cucharadas de copos de avena (no de salvado, otro tema del que también hablaremos otro día). Y hoy he probado por primera vez a añadirle una cucharada de espelta hinchada. También suelo añadir una nueces (no más de tres). 



Lo remuevo todo con una poquita canela y cuando la mezcla adquiere un textura un poco pastosa, la retiro en un bol. 

Por encima añado unos trozos de fruta. Desde mi punto de vista, el plátano es la que mejor le va. Hoy, sin embargo, he probado con fresas, y otras veces he puesto manzana, que añado cuando aún se está hirviendo la bebida de avena, o melocotón cuando es temporada. Para gustos, los colores, y si hablamos de frutas, hay colores para aburrir ;) 


Por último, para acompañar, un zumo de naranja bien fresquito. 


Mañana os contaré por qué decidí incluir estos ingredientes en mi desayuno. 

Para mí esta es la mejor comida del día. La que más disfruto. Me encanta tomarla con calma, mientras ojeo el periódico o algún blog en el ipad. Con la casa en silencio, hago de esa comida mi momento de relax. 

Y tú, ¿qué desayunas? y ¿qué te gustaría desayunar?

Desayuno

El desayuno es la primera comida del día. O al menos así debería ser. 

Y esta  es la primera entrada de "Desayuno con canela". 

Me animo a escribir este blog porque es la forma de comprometerme conmigo misma, con la preocupación (no obsesiva, pero sí consciente) por mi alimentación y con mis propósitos por mejorarla. 

No será un camino de rosas, pero estoy dispuesta a recorrerlo y a contar aquí mi experiencia. 


¿Me acompañas?