viernes, 29 de mayo de 2015

Mantequilla casera de cacahuetes (o maní)

La mantequilla de maní (o cacahuetes de toda la vida) se ha puesto de moda. Y no sin razón. Puedes encontrar todos sus beneficios aquí

Yo, en lugar de comprarla de bote, para evitar todos los aditivos que le ponen (conservantes, azúcares etc) he hecho mi propia mantequilla casera. No he encontrado cacahuetes crudos (todos venían salados y fritos), así que los compré con cáscara y pelé unos 250 gramos (peso neto de la bolsa). 


Una vez pelados, los he procesado con la picadora de la minipimer. He añadido una cucharada de café de aceite de girasol y otra de azúcar moreno (también se puede endulzar con miel, lo probaré otro día) 


Y ya no hay más que hacer que procesar, procesar y procesar. Conviene ir parando cada poco para que el motor de la picadora no se recaliente. 


Se puede conservar en la nevera durante unas dos semanas. 

La próxima vez creo que la haré un poquito más dulce. Es una crema muy consistente de textura y sabor, y con muchas grasas (aunque de las buenas), por lo que no conviene abusar. Pero sí podemos incorporar una cucharada a nuestras tostadas del desayuno o a los smoothies para aportarles cremosidad






jueves, 28 de mayo de 2015

Cena con yogur y amasake

En invierno el cuerpo me pide una sopa o una crema de verduras calentita, pero ahora, cuando comienza el calor, prefiero las comidas frescas e hidratantes. Y esta es una receta que ocupa poco tiempo y satisface mis deseos de algo dulce






Como base, un yogur Vitalinea edulcorado cremoso (la textura para este tipo de platos es mejor si es cremoso). Añado unos cereales. En este caso los he cogido de trigo integral. Para añadirle más dulzor, machaco un plátano canario con un tenedor y lo mezclo con una cucharada de amasake de mijo, como ya expliqué aquí. Esta mezcla tiene para mí gusto el punto ideal de dulzor. Y corono con unas frambuesas que dan un perfecto toque de acidez. 


Por último, acompañé con unos trozos de coco. Lo ideal habría sido rallarlo y ponerlo de topping, pero dejamos esa opción para otro día ;) 

Esta cena es, para mí, un auténtico capricho. Este mismo vaso, en versión mini, es un postre ideal para una comida o cena con invitados. Es dulce, pero no pesado, es vistoso y a la vez rápido de hacer. 

¡A seguir comiendo sano y rico! 

martes, 26 de mayo de 2015

Desayuno con Chía

Riquísimo y refrescante desayuno para estos días calurosos.

Por la noche, pongo dos cucharadas de semillas de chía en un bote de cristal con leche de almendra y lo agito. Pasada una hora o media hora le doy vueltas con una cuchara para que las semillas no se apelmacen. Durante toda la noche, la mezcla adquiere una textura gelatinosa. No es necesario dejarlo tanto tiempo, basta con una media hora, pero así lo tengo preparado a primera hora de la mañana, que es cuando más me tientan las galletas... 


Por otro lado, mezclo unas fresas con ciruelas pasas, una cucharada de avena y un poco de leche de almendra y proceso con la batidora. Incorporo esta mezcla a las semillas de chía. 



Añado una cucharada de canela (soy adicta) y tres nueces.


Las semillas de chía tienen un efecto saciante porque absorben 10 veces su peso en agua gracias a su alto contenido en fibra. Además, contienen altas cantidades de:

  • Omega 3: imprescindible para el sistema nervioso central. 
  • Antioxidantes: nos protege de la contaminación y de los rayos UVA
  • Proteínas: aumenta nuestra masa muscular
  • Potasio: importante aporte energético 

¿Te animas a probarlo?


domingo, 24 de mayo de 2015

Una comida refrescante: ensalada con semillas y fresas

Una comida refrescante para un día caluroso de primavera.
Cualquier plato colorido estará seguramente lleno de vitaminas y nutrientes. Y mi almuerzo, esta vez, era una explosión de color: 

- Ensalada de espinacas, tomate, rabanitos, aguacate, queso fresco, pasas, maíz, jamón cocido y semillas de calabaza. Por supuesto, aliño de aceite de oliva virgen extra

- Fresas de postre. Sin más aditivos. Me encantan. Están en plena temporada y entre sus beneficios destacan:
  • Retrasan el envejecimiento por ser ricas en Vitamina E, C y flavonoides. 
  • Protegen contra enfermedades cardiovasculares por la presencia de polifenoles.
  • Favorecen la eliminación de líquidos por su contenido en potasio. 

Además, su contenido calórico es muy bajo (unas 33 kcal por 100 gr), lo que las convierte en un postre o snack ideal para el control de peso. 

Yo las consumo en cualquiera de las comidas del día. Voy a intentar trasladar aquí algunas de mis recetas con fresas. Pero mientras tanto, un buen tazón sin más aditivos es un placer para el paladar. 

jueves, 21 de mayo de 2015

HUMMUS

Hoy traigo una receta muy sencilla, sana y resultona: Hummus

Los ingredientes:
- 200 gr de garbanzos cocidos (si son de bote, aclarar bien para eliminar restos de conservantes)
- 50 ml de aceite de oliva virgen extra
- el zumo de medio limón
- 1 cucharada tamaño café (cdc) de comino molido
- 1 cdc canela
- 1 cdc de pimentón dulce
- 1 ajo pelado
- pimienta negra
- sal

Opcionales: 
- tahini (es una crema a base de sésamo. Yo no tenía y no la puse. 
- cilantro
- agua (preferiblemente la de haber cocido los garbanzos), si se desea una textura menos espesa. 


Se procesan todos los ingredientes juntos en el vaso americano y se decora con un poquito pimentón y un chorrito de aceite. Yo lo acompañé con regañás en aceite de oliva, pero una opción menos calórica es hacerlo con palitos de zanahoria, pepino etc. 


Lo bueno es que esta receta lleva garbanzos, que es una legumbre que a mí se me suele olvidar comer. Los garbanzos son ricos en lecitina, que ayuda a eliminar las grasas y a controlar el colesterol. A partir de la lecitina, se forma colina, componente de algunas vitaminas del grupo B. Contienen ácido fólico, por lo que son recomendables durante el embarazo y lactancia. Cuidan el hígado y protegen de enfermedades cardiovasculares. Además, favorecen el funcionamiento del sistema nervioso y muscular. Y por último, al contener hidratos de carbono de liberación lenta, no provocan picos de azúcar, por lo que nos mantienen saciados durante más tiempo y por tanto favorecen el control del peso. 

En resumen, una receta bien sencilla, con la que darás un toque exótico a tus aperitivos, a la vez que cuidas tú salud

lunes, 18 de mayo de 2015

Galletas PICUNELAS

Las hacía mi abuela y las llamaba PICUNELAS. Y hoy las quiero compartir. Es mi forma de reivindicar cariñosamente la cocina de nuestras abuelas, ahora que todos buscamos nuevos ingredientes y recetas innovadoras para sentirnos más sanos y no aburrirnos con las comidas. 

Estas son muy fáciles de hacer, de ingredientes básicos y bien baratos que seguro tenéis en casa, y divertidas para los más peques de la casa, que se lo pasan bomba recortando la masa. 

Ingredientes:

- Dos huevos
- Un limón
- 83 gr de mantequilla
- 83 gr de azúcar (yo esta vez he puesto azúcar blanca)
- Harina, tanta como nos pida la masa (yo he usado de repostería)
- Una cucharadita de moca de levadura royal

Con las manos en la masa

- Le quitamos al limón la cáscara (no lo blanco, que amarga) y la picamos finita.


- En un bol añadimos uno de los huevos, la mantequilla derretida, la cáscara de limón picada, el azúcar, la levadura. Batimos. 

- Vamos añadiendo harina mientras removemos. Cuando la mezcla está más consistente, la pasamos a la encimera y seguimos añadiendo harina y amasando con las manos hasta que la mezcla tiene una textura consistente para recortar las galletas. 


- Estiramos la masa con el rulo.


- Escogemos los moldes y recortamos.

- Ponemos las galletas en una bandeja con papel de horno.
- Batimos el segundo huevo y pintamos las galletas con una brocha.
- Mezclamos azúcar con canela y añadimos a las galletas pintadas con huevo.
- Horneamos a 180º unos diez minutos (depende de cómo de gordas hayamos hecho las galletas, de cuánto hayamos estirado la masa con el rulo. Esto va en cuestión de gustos)



Y listas para merendar.

lunes, 11 de mayo de 2015

Empresas irreconciliables

A mediados de año (me bailan las fechas) la empresa para la que trabajo, con domicilio social en Gran Bretaña, anunció que quería deshacer su presencia en la península y que vendía casi el total de su negocio en España. Unos meses después encontró comprador: una empresa española, catalana, para más pistas. 

Tras meses de incertidumbre, los empleados empezamos a vislumbrar qué va a ser de nosotros. La comunicación ha sido, a nuestro juicio, ineficiente, contradictoria en ocasiones, y opaca en todo momento. Sobre todo, ha sido extraoficial, porque las novedades las hemos ido conociendo por el boca a boca, y nunca por una comunicación escrita. 


Mi nueva empresa forma parte de un grupo, pero no somos la "compañía principal". Así que mientras para la grande se ha negociado un ERE y se ha dado a los empleados la oportunidad de salir con unas condiciones medianamente aceptables, los que trabajamos en mi empresa podemos irnos a casa si no nos gusta lo que nos ofrecen, sí, pero con una mano delante y otra detrás. Y explico por qué: 

- En un principio nos dieron a entender que podríamos beneficiarnos de las condiciones del ERE aunque nuestra compañía oficialmente no entraba en este expediente de regulación de empleo. 

- Meses después, los catalanes se desdicen y ahora no hay ERE que valga. "No vas a querer irte", me aseguró el responsable de Recursos (In)Humanos cuando le pregunté sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo para abandonar la compañía. 

Pero después de conocer las nuevas condiciones, no está tan claro que no prefiriese salir por patas. Entre las razones principales, enumero las de más peso:

- Sueldo congelado durante los próximos cinco años. No se me ocurre medida más motivadora ¡Cómo se notan los másteres en gestión de personas!

- 6 días laborables menos de vacaciones al año. Casi nada. 

- Empeoramiento de la jornada laboral: ya no disfrutaremos de horario de verano ni de las tardes libres de los viernes. Además, el horario se extiende una hora más por las tardes (de 9 a 19), porque ahora en lugar de una, tendremos dos horas para comer. Menos mal, porque en 60 minutos siempre me faltaba tiempo para terminarme las lentejas con chorizo de mi tupper. 

Pero yo no me preocupo. ¿Y sabéis por qué? Porque estas pequeñas pérdidas nos las compensan con la friolera de mil euros anuales, casi equivalente a las aportaciones al plan de pensiones que también suprimen ¿Quién no estaría interesado en el canje? 

Lo mejor, las maravillosas medidas de conciliación de esta nueva empresa a la que pertenezco. Porque la falta de flexibilidad a la hora de entrar, la rigidez en los horarios de salida y las imprescindibles dos horas para comer son perfectas para una madre de tres niños pequeños que no quiere dejar de trabajar pero tampoco de ver, cuidar, criar y educar a sus hijos. Yo esperaba encontrar el equilibrio, pero me he equivocado de sector: más me valdría haberme apuntado a un circo



Y esta es la maravillosa empresa que se vanagloria de su compromiso social en los medios de comunicación. 

Por supuesto, los empleados nos encontramos con estas "lentejas" sin comerlo ni beberlo, sin capacidad de negociación alguna. Los romanos negociaban con gladiadores. Ahora se negocia con banqueros. Son otros tiempos. 


Un desayuno con canela y otras cosas ricas

Aunque mis propósitos son buenos, mi voluntad es débil y últimamente las galletas María Oro me están ganando la batalla. Y es que nadie dijo que comer sano fuese fácil... aunque en realidad lo difícil es cambiar, eliminar los malos hábitos con los que hemos convivido tantos años. 

Y entre galleta y galleta a veces asoma la lucidez y me hago desayunos con canela, como este: 


- Un vaso de leche desnatada (sí, de vaca, me encanta y no creo que jamás la elimine de mi dieta, sobre todo porque aún no estoy segura de que esas corrientes que la denostan tenga razón)

- Un kiwi, por su alto contenido en ese famoso antioxidante que es la vitamina C (sólo las guayabas y las grosellas lo superan) y en fibra soluble.

- Un plátano canario. Sí, canario, porque son los más sabrosos y dulcecitos y además porque mientras tengamos un producto nacional de calidad, ¿qué sentido tiene comprar una fruta que ha cruzado todo un océano para llegar a nuestro plato, con la contaminación que eso implica? 

En el siguiente link os invito a conocer la diferencia entre un plátano canario y una banana. Y aquí un buen resumen de sus beneficios: 


- Una tostada de pan integral con semillas. Integral porque al emplear harinas sin refinar, mantiene los nutrientes (fibra, vitaminas, sales minerales). Entra aquí si te interesan las diferencias entre el pan blanco y el integral. 

- Amasake de mijo. Este es uno de los últimos ingredientes que he añadido en mi dieta... y me encanta. El amasake es una crema dulce que se obtiene de la fermentación de un cereal, en este caso el mijo, del que hablaremos otro día, añadiendo un fermento natural, el koji,  que lo transforma en una deliciosa crema. 


El amasake es un producto tradicional de Japón que poco a poco se va introduciendo en las dietas occidentales. Tiene una alta digestibilidad y gracias a la fermentación está enriquecido con cantidad de nutrientes. Su sabor es dulce y lo mejor, su bajo contenido en calorías. 

Yo machaco el plátano con un tenedor, añado una cucharada de mijo y un poquito de canela (para mí, cualquier postre mejora si le añades canela). Unto mi tostada... ¡y a desayunar!